jueves, 27 de enero de 2011

Tres vías para sentir tuya tu casa

La casa es el hogar de uno, y como tal debiera reflejar la personalidad, las inquietudes e intereses de sus habitantes. En un mercado lleno de marcas que nos venden sus productos para hacer de tu casa tu hogar con propuestas acogedoras y cálidas, o frías y transgresoras, en función de cómo se defina cada individuo, al final lo que se obtiene es un hogar fruto de la creatividad de los otros, los que trabajan creando propuestas para hacerte sentir a gusto. La casa es un collage de diferentes marcas, de productos escogidos, pero vacíos en su mayoría de un fondo que te una a ellos.
En este fragmento de "El club de la lucha" se ve a lo que me refiero, una casa que es un catálogo.
He encontrado tres maneras existentes de hacer que tu relación con un mueble se desarrollo más allá de la tienda y su uso:

1. Homemade-automontaje:
Ir a una tienda, escoger, pagar, y que vengan a casa a montarte el mobiliario es una opción que se aleja radicalmente de la experiencia que ofrece la marca IKEA. Si tienes un mueble de IKEA (que lo tendrás), te habrás dado cuenta de lo que tiene cada mueble tras sí.
La experiencia empieza yendo de excursión a las afueras, pasas dos horas en la tienda agobiado, con ganas de comprártelo todo, pero a la vez de salir corriendo. Cuando por fin has elegido, tú mismo lo recoges del almacén, te lo llevas a casa como buenamente puedes, la mayoría de los casos infringiendo alguna norma de circulación, y finalmente, dedicas el domingo a montarlo.
Aunque todo el mundo tenga los mismos muebles, cada uno establece una relación especial con ellos incluso antes de que entren en casa. Me parece que esta es una vía interesante y eficiente de vincularte a un producto. Como ejemplo muestro la archivendida mesa Lack, y un manual de montaje.

2. Productos que te encuentran a tí:
Hay muchos productos que, en un momento dado, alguien se cansa de ellos o ya no cumplen su función como pieza. Es es entonces cuando te deshaces de ellos. Pero si tienes la suerte de encontrarlos en ese momento clave entre la casa y la basura, lo que encuentras es un mueble del que te haces su padre adoptivo. Lo has salvado de pasar a mejor vida y, así estableces un vínculo de cariño y cuidado que te lleva hasta a restaurar muebles que ni necesitas. Corres el peligro de llenar tu casa de cosas inútiles, pero de las que te da pena deshacerte, eso es bueno.


3. Productos personalizables:
Como respuesta a esta necesidad de relación producto-usuario, las marcas lanzan productos que se pueden hacer un poco más "tuyo" mediante la customización, así un producto cualquiera adquiere un valor algo más profundo al haber pasado la raya del simple uso, y haber entrado en el espacio de la interacción creativa.
MUJI vende con éxito estas Matrioskas de pizarra, pensadas para que cada uno pinte encima los motivos más personales. Y no es que se trate de un juguete, están dirigidas al público adulto.




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